En la década de los años 1970 mis padres empezaron una explotación pequeña con cuatro
vacas lecheras, durante esta época la leche se podía empezar a comercializar en pequeños
centros de recogida y seguidamente distribuidos a diversos lugares del pueblo o ciudad.
Empezamos ordeñando las vacas a mano, enfriando la leche en cantaros puestos en
estanques de agua fría y haciendo el traslado de los cantaros a diario para su recogida.
Era una tarea laboriosa y delicada, y más en verano donde fácilmente la leche podía quedar
inservible debido al calor. Con el aumento de vacas, estas fueron trasladadas a una pequeña
granja previamente acondicionada. También se modernizó la instalación eléctrica, el cual nos
permitió instalar una ordeñadora mecánica y un tanque enfriador de leche. Estas mejoras nos
permitieron almacenar la leche por más tiempo, y en lugar de llevarla en los centros de
recogida diariamente, un camión venia periódicamente a recoger una mayor cantidad de ella en
la misma granja.
Desafortunadamente, cuando llegamos a las veinte vacas, tuvimos que sacrificar todo nuestro
ganado debido a la prevención de la brucelosis y la tuberculosis en la década de los años 1990.
Después de la desafortunada pérdida, recuperamos de nuevo nuestro negocio lácteo
invirtiendo en ganado de mayor calidad. Al final, todo valió la pena porque el nuevo ganado nos
proporcionó una mayor calidad y cantidad de leche.
Se formó una nueva regulación fiscal. Estábamos obligados a pagar una gran cantidad de
impuestos de acuerdo con nuestra cuota de producción de leche, no pudimos cumplir con el
nuevo reglamento porque era poco probable que obtuviéramos beneficios. Por lo tanto,
tomamos la triste decisión de vender todo nuestro ganado.
En 1997, el hijo mayor de la familia, Casimiro, invirtió en un negocio de carne con solo
corderos. Sin embargo, la demanda era baja, así que empezó a vender leche de oveja. Su
negocio comenzó a mejorar y se le ocurrió una idea. En lugar de vender la leche, podría usarla
para producir queso. Fue la decisión correcta.
Había un mercado para el queso. Con el paso de los años, con la ayuda de la familia y
empleados, el negocio del queso se hizo más estable. Nuestra marca fue lanzada oficialmente
en 1999.
Ahora tenemos un querido rebaño de ovejas y una pequeña fábrica de queso.